Teniendo en cuenta el mundo global en el que vivimos, el manejo de la información y la necesidad de transmitir datos, la trazabilidad tiene mucha importancia a la hora de encontrar y resolver problemas en la industria alimentaria.
¿Qué es la trazabilidad?
Podemos definir la trazabilidad como una serie de actividades sistematizadas, técnicas y administrativas que permiten localizar un producto en cualquiera de sus etapas de producción, transformación y distribución en frutas, verduras, granos y animales destinado a ser alimentos. Podremos decir que la trazabilidad es la capacidad de seguir el rastro de los productos a lo largo de la cadena de suministros, desde su origen hasta el punto de venta.
El etiquetado es una de las principales herramientas de la trazabilidad, ya que contiene una serie de códigos que muestran una información importante del producto. Es por esto que la etiqueta de un producto debe de tener datos visibles sobre el origen, el centro de envasado, la distribución y los datos que necesite la compañía necesite.
La información que se debe registrar en un sistema de trazabilidad se puede resumir en los productos que se han recibido o expedido, de quién se han recibido o ha quién se han expedido los productos, la fecha en que recibieron o se expidieron los productos, información como lote, fecha de caducidad o consumo preferente. A grandes rasgos un sistema de trazabilidad debe incluir un sistema documental que registre lo siguiente:
- Trazabilidad ascendente: para saber cuales son los productos que son recibidos en la empresa, así como los proveedores de esos productos.
- Trazabilidad interna o de proceso: la que se produce dentro de la misma empresa.
- Trazabilidad descendente: para saber cuáles son los productos expedidos de la empresa y sus distintos clientes.
También hay que presentar especial atención a una serie de puntos críticos a la hora de dicha implementación. Como la mezcla de lotes en palets, picos con palets, Copacking – comaking, control de lotes en la devoluciones, errores producidos en captura y traspaso de información y transferencia entre tiendas y almacenes.
La importancia de la trazabilidad se basa en tener la información completa para el consumidor, poder retirar el producto del mercado de una manera efectiva en caso de ser necesario y procurar la calidad del producto. Así el seguimiento de la cadena de suministro supone una serie de mejores prácticas que aportan los siguientes beneficios:
- Garantía de la entrega más precisa.
- Agilización del proceso asociado a la recepción y el envío de la mercancía.
- Mayor control individualizado de los lotes de producto.
- Mejora de la gestión de stocks.
- Vigilancia de la evolución del producto.
- Detección más rápida de los problemas surgidos.
- Retirada selectiva de los alimentos que presentan alguna incidencia.